miércoles, abril 20, 2005

Travesía encubierta

Galería Principium presenta una muestra del artista plástico argentino Alfredo Prior. Travesía: un recorrido que nos lleva por tragedias y personajes mitológicos, observados por bestias y animales de sueños y leyendas.

La obra expuesta bajo el sugestivo título de travesía, da cuenta del prestigio de este artista plástico, manierista, nacido en Buenos Aires en 1952, ganador de numerosos premios tanto nacionales como internacionales. La exposición de su obra le ha hecho merecer notables críticas que no dejan de destacar, y no va a ser este el caso, el gran disfrute cultural que se refleja en sus obras, colmadas de referencias a la historia del arte, a la música, y a la poesía. Lugares comunes y referencias mitológicas que incluyen temáticas en sus cuadros que nos llevan desde jardines del edén a iconografía oriental en un sutil toque de colores y relieves.
Desde la puerta misma, antes de entrar a la galería, las imágenes empiezan a atraernos con sus atrapantes colores y brillantes relieves. Los reflejos de los esmaltes llaman a primera vista, aun cuando las luces provistas en la galería no hagan el mejor honor a la calidad de la obra expuesta. El gran tamaño de las obras, en contraste con lo pequeño que resulta el salón de exposición, obliga al visitante a tomar distancia considerable para poder apreciarlas y descifrarlas.
Mediante una majestuosa combinación de técnicas y la cuidadosa utilización de los barnices y esmaltes, el pincel de Prior nos invita a descubrir, detrás de sus llamativas primeras vistas, imágenes desgarradoramente logradas que aluden desde personajes míticos a crudas realidades del hombre. Los cuadros, telas de gran formato, que nos llaman a quedarnos largo rato descubriendo las imágenes, se van mostrando de manera tal que nos transportan a climas tan oscuros como celestiales con el solo cambio de una mirada. El juego que prior impone se vale de que solo podamos apreciar su obra si nos asumimos en el juego y nos dejamos llevar. "Pintura abstracta absolutamente figurativa" ? aclama la presentación del catálogo de la muestra con una certeza indudable, aunque por momentos las imágenes quedan conformadas de manera tan sólida que el adjetivo de abstracto se pierde también en nuestra imaginación.
Basta con apreciar de mil maneras la trama trágica del desesperante regreso de los argonautas. Una composición de colores única, llena de grises espectrales; una imagen desgarradoramente lograda, un regreso apocalíptico supervisado por personajes que se ocultan tras una técnica mixta maravillosa. La travesía nos lleva luego al Jardín de las hespérides a dar un paseo por una nueva tragedia en la que el dorado color de los acrílicos y esmaltes no predomina por el fruto de los árboles de ese jardín, en referencia a su origen mitológico, sino por el fuego en el que arde. Nuevamente los relieves de la obra cumplen su rol sobradamente, aunque sin duda es en ese aspecto Dánae I la pieza que más atrae. Aquí el juego de texturas y relieves propone un sin fin de sorpresas que se atreven a desafiar grandes obras de la historia del arte, quitándoles el polvo que acumulan en los museos y dándoles una nueva significación. La mirada hacia las tragedias del hombre que encierra Stalingrado nunca duerme I nos hace transitar estados emotivos con la claridad en que se expresan las imágenes. La capacidad para esconder cosas dentro de otras imágenes que van tomando y cambiando su significado llena sus obras de referencias a iconografía oriental o bizantina según la ocasión. Es quizás la más sutil en ese sentido Dánae II donde alternan paisajes que parecieran sacados el edén con figuras que nos transportan al imperio Maoísta. No dejan de deslumbrar tampoco, con sus técnicas mixtas o con acuarelas y esmaltes, el resto de las obras como la serie de El nacimiento de Venus o Proteo. En fin, es esta una travesía que nos propone una duración extensa para ir descubriendo sin dejar de sorprendernos ni alegrarnos cada una de las imágenes e íconos que se ocultan en cada una de las obras. La muestra puede visitarse hasta el 14 de Mayo, de Lunes a Viernes de 10 a 20 y Sábados de 10 a 14, en Esmeralda 1357 Ciudad Autónoma de Buenos Aires.